Agua en la alimentación diaria


El agua es el componente más importante del cuerpo humano y representa entre el 50% y 75% del peso corporal, cuyo porcentaje depende, sobre todo, de la grasa del organismo, señala Sandra Liza Alauie, nutricionista del centro Nutrimedglobal.
Según explica la especialista, este elemento es esencial para el mantenimiento de la temperatura e hidratación corporal y es partícipe de los múltiples procesos como digestión, absorción, metabolismo y excreción. Sirve como medio de transporte en la sangre de los desechos que deben ser eliminados con la orina.
La cantidad de agua que el cuerpo necesita está condicionada por el volumen y la naturaleza de los alimentos ingeridos, y por la actividad física que se realiza. Además, el requerimiento puede variar dependiendo de posibles enfermedades, la edad, el clima y ciertos procesos hormonales, entre otras razones.
Una cantidad aceptada es de 1 ml a 1,5 ml de agua por cada kilocaloría ingerida por día. “Es importante no olvidar que los niños pequeños y ancianos son más propensos a la deshidratación, por lo que es necesario vigilar que tengan el aporte suficiente para reponer sus pérdidas”, nos dice.
También hay que tomar en cuenta que muchos productos como hortalizas, frutas, leche, carnes y pescados contienen agua.
Cuando no se consume la suficiente cantidad de agua, se da un proceso de deshidratación, al que el organismo intenta adaptarse mediante la menor producción de orina.
“Cuando la deshidratación se agrava se presentan síntomas como fatiga, cambios de humor, calambres, dolor de cabeza y muscular, entre otros”, indica la nutricionista.
Por el contrario, exagerar su consumo podría ocasionar complicaciones en algunas patologías, sobre todo las cardíacas y renales, pues estas implican retención de líquido, advierte.
PARA TENER EN CUENTA
Las necesidades de agua para una persona sana adulta son en promedio entre 2 a 2,5 litros de líquidos diarios.
Al agua se le puede añadir el jugo de limón, naranja o alguna otra fruta. No se recomienda endulzarla, lo mejor es tomarla en su forma natural para no añadir calorías innecesarias.
Lo que sí es cierto es que el agua produce una sensación de saciedad, lo que contrarresta el hambre asociada a dietas.

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